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Que nadie baile bajo los efectos de la droga, campaña de FAD sobre los riesgos de conducir bajo efecto de drogas

Según datos de la Dirección General de Tráfico (DGT), la probabilidad de provocar o sufrir un accidente de tráfico si se conduce bajo los efectos de las drogas se incrementa entre dos y siete veces respecto a quienes no consumen ninguna sustancia. De hecho, cerca del 23% de los conductores hasta 30 años fallecidos en accidente de tráfico habían consumido drogas. Los datos del estudio de la FAD ‘La lectura juvenil de los riesgos de las drogas’ van en la misma dirección: el 8,1% de los jóvenes españoles de 15 a 24 años reconocen haber sufrido accidentes directamente relacionados con el alcohol y otras drogas en los últimos 12 meses.

Con el objetivo de hacer reflexionar sobre los riesgos que implica conducir bajo los efectos de las drogas ilegales, fundamentalmente cocaína, éxtasis y cannabis, la campaña (diseñada por Publicis y realizada por la FAD) se difunde a través de redes sociales, radiofórmula e internet (www.musicadanceparaquetunolabailes.com ). Esta web incluye una parte informativa en la que se explican claramente cuáles son los efectos de estas sustancias y sus riesgos frente a la conducción.

!MÁS PALOS AL ÁRBOL CAÍDO¡ NUEVOS RIESGOS DE EXCLUSIÓN

¿MÁS PALOS AL ÁRBOL CAÍDO?
Con motivo de la campaña lanzada por el Ministerio del Interior dirigida a perseguir y sancionar a las personas que conduzcan bajo los efectos de medicamentos o drogas, ENLACE pide al Gobierno de Mariano Rajoy que, en aras a garantizar la seguridad jurídica, y siguiendo criterios médico-científicos, concrete más las situaciones que pueden dar lugar a una infracción del Reglamento General de Circulación y conllevar la correspondiente sanción, de la misma manera que se detalla respecto al alcohol.
La Federación Andaluza ENLACE, entidad que lleva trabajando más de 20 años en el ámbito de las drogodependencias y la exclusión social, alerta del riesgo de la grave estigmatización que puede suponer para las personas en tratamiento de metadona u otros tratamientos médicos, su persecución indiscriminada. Las entidades y profesionales que trabajamos en drogodependencias sabemos que medicamentos como la metadona han supuesto un importante avance en el tratamiento de las drogodependencias y en la incorporación socio-laboral de las personas afectadas. Muchas de ellas, a día de hoy, están integradas en el mercado laboral con normalidad, así como otras que tienen prescritos tratamientos de salud mental o para el dolor. Conocemos a personas que siguen un tratamiento con metadona y están perfectamente capacitadas para trabajar como conductores, corriendo el riesgo con estas políticas de devolverlas a las bolsas de exclusión social. Existen algunos estudios y/o artículos científicos al respecto que indican que, por ejemplo, en relación a la metadona prescrita médicamente, sólo está desaconsejada la conducción durante las primeras semanas del mismo (Clínica Universidad de Navarra). Otros estudios indican que las personas en tratamiento de metadona no presentan riesgos especiales para la conducción (Foro de Tratamiento para la Adicción – www.atforum.com). Otros indican que no hay peligro para la conducción cuando hay dosis estables con total tolerancia (Manual de Metadona de Euromethwork.org).
En definitiva, sería necesaria una regulación más detallada sobre la influencia de los medicamentos y drogas en la conducción, de la misma manera que se ha hecho con el alcohol, teniendo en cuenta las dosis o las indicaciones o valoraciones médicas en los casos de personas en tratamiento, que además de ofrecer una mayor seguridad jurídica, sirva para prevenir problemas de seguridad de la circulación de vehículos, cosa que desde luego deseamos.