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“Yo de mayor quiero ser como Cecilia”

Entrevista a Cecilia de la Fuente García, voluntaria de NOESSO desde hace más de 30 años. 

Más de 30 años como voluntaria en NOESSO hacen que Cecilia sea una persona de peso en la asociación. Ella tiene muchas anécdotas que contar y ha acompañado a centenares de jóvenes para lograr superar sus obstáculos, volver a la sociedad y superar los problemas de adicciones. Cecilia tiene 86 años, los acaba de cumplir, y sufre una dolencia importante. Sin embargo, nadie lo diría, su vitalidad, su buen aspecto físico, sus ganas de vivir y ayudar a los demás logran superar cualquier situación. Hace mas de 40 kilómetros diarios en su coche para llegar a las oficinas de NOESSO en Vícar y colaborar con labores administrativas. “Hemos mejorado mucho en estos años. Empezamos siendo un barco de vela, y ahora somos un trasatlántico”, comenta sobre el proceso que ha vivido en la entidad. Cecilia ha estado enrolada como educadora en la Comunidad Terapéutica de Laujar de Andarax. También forma parte de la Junta Directiva de NOESSO, en la que ha desempeñado el cargo de presidenta durante más de 20 años, aún sigue en la brecha, ahora como vocal. Sus compañeros la definen como una persona que ha mantenido por encima de todo la confianza del grupo. Ha creído en las personas, en que todos y todas tenemos remedio y podemos superar todos los obstáculos. Genera un ambiente cálido y grupal a la hora de trabajar, un clima para crear y para creer, es muy constante, vive con calidad y no la han visto desfallecer en 30 años, tiene un alto compromiso en la lucha contra la pobreza y participa en la plataforma «Almería Unida Contra la Pobreza».

Cecilia estuvo en NOESSO desde los comienzos, cuando empujados por la presión por parte de madres y padres de la zona del poniente almeriense, y  alarmados ante las primeras víctimas de la heroína y los estragos del VIH, pusimos nombre a esta iniciativa, con vocación de hacer compañía, de echar una cuerda a la acogerse en medio de un mar de sufrimiento, de ahí el nombre que se eligió: “No Estás Solo/a”.

De aquel primer grupo motor ya quedan pocas personas, y una de ellas es Cecilia. Una de esas mujeres incombustibles sin las que no sería ni imaginable el recorrido seguido. La constancia de Cecilia la ha tenido poca gente. Ella forma parte de ese grupo de imprescindibles que han hecho posible este viaje colectivo. En los momentos más críticos ella sostiene un buen clima de trabajo y se preocupa, por encima de todo, de las personas. Con motivo de su cumpleaños este viernes, desde NOESSO la entrevistamos y celebramos con ella una pequeña fiesta desayuno.

¿Qué es lo que te llevas después de haber estado 30 años de voluntaria en NOESSO?

¡Anécdotas hay muchas, imagínate! Yo era profesora en Málaga, en un módulo de FP, allí tuve el primer contacto con chicos y chicas que estaban muy desestructurados y con las primeras problemáticas de drogas.

¿Y qué hacías para ayudar a las personas con adicciones?

Conocí, bueno podemos decir que asistí al nacimiento de NOESSO, y desde entonces no hemos dejado de trabajar por “rehacer a la persona entera”, siempre ha sido un trabajo muy personalizado. Notabas que la gente tenía recursos en sí mismos, pero muchas veces se encontraban en momentos muy acabados y necesitaban un apoyo para emprender su cambio. La dependencia que tenían estaba ahí. Me quedo con el comentario de varios chicos que decían: “si yo hubiera sabido esto, si hubiera tenido la oportunidad de adolescente de hablar así,  no hubiéramos caído”, eran personas muy jóvenes. Yo soy religiosa. Iba a Laujar tres días y allí pensaba que cada minuto contaba para sus necesidades, para estar presente en todos sus movimientos. Ahora estoy en la sede de la Asociación donde, entre otras cosas, hacemos la acogida. Ese primer encuentro donde crear un clima de complicidad y de confianza de estar con la persona recién llegada.  Antes venía los cinco días de la semana como un reloj, pero me quedo con que me han dado más de lo que he dado yo.

¿Cómo  crees que ha evolucionado el perfil de persona con adicciones?

El uso de las drogas ha ido cambiando y evolucionando. Cuando empezamos nos encontrábamos con gente muy joven que no estaba bien informada, en los primeros momentos apareció la alarma social del VIH y el sida, y después empezó a haber más información y a que el tema estuviera más controlado, de esta forma cambió el perfil de drogodependiente. Comenzaron a venir personas que necesitaban ayuda, eran más mayores, con edad entre 40 y 60 años. Esto me llevaba más a trabajar desde el punto de vista de recuperar la dignidad. Sin embargo, cuando nos encontramos con perfiles de edad elevada, ya se presenta una situación más difícil para que recuperen su puesto en la sociedad. Pero, hay que estar alerta, porque actualmente han vuelto los perfiles de chavales jóvenes con ofertas de drogas muy agresivas. Además, muchos de ellos se quedan con secuelas mentales, aunque en muchos casos no sabemos si esas secuelas son a causa del abuso de las drogas o era algo que tenían a la base y se ha desencadenado.

¿Cómo ha sido compartir tanto tiempo con el equipo de profesionales de NOESSO?

Nunca me he sentido sola. Nunca he sentido que trabajara en solitario. Tenemos un equipo de profesionales y voluntarios/as formidable. Es una auténtica gozada. Cualquier duda la comparten y la comentamos.

¿Además de trabajar en la atención a las adicciones que más tareas has realizado?

He dado clases, he sido educadora, estuve tres años dando clases de idiomas, también con grupos que tenían una problemática de fracaso escolar, pero pese a que he realizado muchas tareas, para mí lo más impactante que he hecho ha sido el acompañamiento a la hora de la rehabilitación de personas con adicciones. Lo que se hace en Laujar es muy fuerte. Ahora se está yendo un paso más allá con los programas de inserción y me gustaría apuntarme.