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INVISIBLES, MURIENDO EN VIDA, SOLAS, ENTRE FÁRMACOS

Como cada segundo miércoles del mes, un grupo de personas nos reunimos en la Plaza del Educador de Almería, convocados por la Plataforma «Almería Unidos contra la Pobreza». En esta ocasión dos situaciones de muerte en el mar, y de muerte en vida, han centrado nuestra atención, reflexión y denuncia. Una nueva muerte de alguien que buscaba remedios para su vida, y la de las mujeres con adicciones y víctimas de violencia de género, condenadas a morir en vida entre alcohol, fármacos, y otras sustancias.

 

Un lazo más, una vida menos

El acto comenzó con un emotivo recuerdo de la última víctima de un emigrante en el mar, sumando un nuevo lazo a nuestra larga cadena, y la lectura del poema de Pilar del Río «Mi hijo muere cada tarde en el mar»

A continuación se denunció la existencia de una frecuente asociación entre adicciones y violencia de género

Las redes de atención a las adicciones, UNAD y ENLACE, de las que NOESSO forma parte, vienen denunciando ese tremenda situación de mujeres con problemas de adicciones, que sufren además diversas violencias de género, ya sea en la pareja, institucional, social,… Su existencia es invisible para la sociedad.

Las mujeres con problemas de adicciones no cuentan con los programas, ni los recursos, ni la atención, que les ayude a tomar conciencia de lo que les pasa y que les ofrezca otra salida que el círculo vicioso del uso y abuso de sustancias, bien poco importa si recetadas o adquiridas por cuenta propia, que sean legales o ilegales.

Doble exclusión

Hoy hemos vuelto a denunciar que la inmensa mayoría de estas mujeres no acceden a los recursos de atención a las personas con adicciones. La red de atención a las drogodependencias no aborda la violencia de género, y los espacios de atención a las víctimas de violencia no están pensados para mujeres con problemas de adicciones, siendo estas motivo de exclusión o expulsión.

Exigimos a las administraciones públicas que redoblen esfuerzos para ayudar a estas mujeres a salir de la invisibilidad y el acceso a recursos y tratamientos adecuados de sus dolencias, que puede y debe tener cura.

Por último, reclamamos la solidaridad de las familias para que superen el miedo y los complejos y acepten que están ante un problema de salud, del que se sale con comprensión ya poyos: sanitarios, sociales, psicológicos, educativos,… Muchas de estas mujeres se atrevieron a ponerle nombre a su situación y pidieron ayuda, y  han encontrado salida.

INVISIBLES, SUFRIENDO EN SILENCIO

La Red de Atención a las Adicciones, UNAD y ENLACE, de las que NOESSO forma parte, quiere sumarse a las iniciativas que se llevan a cabo con motivo del 8 de marzo; en especial desea llamar la atención sobre la situación de las mujeres con problemas de adicciones, que sufren diversas violencias de género: en la pareja, sexual, institucional y social. Su existencia es invisible para la sociedad.

Para la red de UNAD y ENLACE es fundamental el trabajo que vienen realizando con mujeres ya que ellas viven una realidad marcada por la discriminación y el maltrato.

Las mujeres con problemas de adicciones no cuentan con los programas, ni los recursos, ni la atención, para poder salir de las situaciones vitales que cronifican sus adicciones. Cabe destacar que solo 1 de cada 4 se acercan a la red para pedir ayuda. Además, muchos de los problemas de adicción de las mujeres permanecen invisibilizados a causa de la penalización social que reciben.

Por este motivo, la red de entidades que agrupan a UNAD y ENLACE trabajan actualmente en distintas iniciativas destinadas a dar visibilidad a las mujeres con problemas de adicciones entre las que cabe destacar: las III jornadas sobre adicciones y género, los proyectos de formación y asesoría a entidades para la incorporación de la perspectiva de género en sus programas de intervención con mujeres, y los proyectos de investigación, como el dedicado a la problemática de la adicción al juego online, desde perspectiva de género.

Gracias al convenio entre la red UNAD y la Federación de Mujeres Progresistas se han implantado planes de igualdad, tanto en la propia organización como en diferentes territorios de la red. UNAD, participa en los grupos de trabajo sobre género: EAPN, ROSEP, el Consejo Español de Drogodependencias y Otras Adicciones. También se ha trasladado al Plan Nacional Sobre Drogas la necesidad de incorporar el género en todas las políticas estatales de drogas. Por su parte, la red a nivel territorial, a través de los diferentes tipos de servicios, desarrolla multitud de iniciativas encaminadas a mejorar la calidad de vida de las mujeres con problemas de adicciones.

Pero a pesar de los avances de los últimos años, UNAD y ENLACE debemos continuar reivindicando el vacío legal y la falta de atención que viven las mujeres con adicciones y que son víctimas de violencia de género. Y es que, salvo excepciones, los recursos no están diseñados para abordar esta realidad. La red de atención a las drogodependencias no aborda la violencia de género, y los espacios de atención a las víctimas de violencia de género no están pensados para mujeres con problemas de adicciones, siendo estos motivo de exclusión o expulsión.

Desde UNAD y ENLACE denunciamos la alta tolerancia de la sociedad en relación a la violencia sexual sobre una mujer especialmente si está bajo los efectos del alcohol, otras sustancias, o en el caso de que tenga una adicción. Porque un 8 de marzo más: las mujeres con problemas de adicción también tienen derecho a una vida libre de violencias de género.

Desde la Asociación NOESSO también queremos denunciar, así mismo, el hecho de que en tiempos en que los problemas de las adicciones afectan cada vez a mayor número de mujeres, el acceso a los recursos necesarios para abordarlas sigue siendo minoritario para ellas. Exigimos que desde las administraciones públicas se redoblen los esfuerzos para sacar de la invisibilidad a las mujeres con adicciones (legales como el alcohol o los fármacos, o ilegales). Al mismo tiempo, reclamamos la solidaridad de las familias para superar miedos y complejos y aceptar que se trata de personas con un problema de salud, que debe y puede tener cura. Por último, el tejido asociativo hemos de ser autocríticos y emplearnos a fondo para introducir cambios y remover obstáculos de manera que los recursos, públicos y privados, sean inclusivos y atiendan a personas con adicciones, y dejen de ser pensadas como servicios para hombres.

NOESSO RECIBE EL PREMIO «ANDALUCÍA+SOCIAL», EN SU PRIMERA EDICIÓN

La Consejería de Igualdad y Políticas Sociales de la Junta de Andalucía, concede el premio “Andalucía Más Social” a la Asociación NOESSO (No Estás Solo) por sus buenas prácticas en la prevención y tratamiento de las adicciones.

 

El valor del reconocimiento externo

Desde el punto de vista de una persona militante, implicada de manera altruista, con cualquier causa generadora de vida, no es la percepción y el reconocimiento externo, evidentemente, las fuerzas que prevalecen e impulsan el compromiso con y por los demás.

Este es el caso de aquel puñado de “quijotes” que, hace casi tres décadas, prestamos oído a las personas afectadas por problemas de adicciones y nos pusimos, manos a la obra, para poner en marcha respuestas profesionales que ayudasen a prevenir y abordar terapéuticamente este grave problema de salud. Nuestro trabajo estaba y está enfocado a dar salida a las urgencias que provienen de las heridas personales y sociales que una adicción genera.

“El sueldo” del trabajo de todos estos años, en forma de recompensa,  ha venido fundamentalmente de manos de las personas afectadas que han encontrado un punto de apoyo para salir del lodazal en el que se encontraban atrapadas.

Dicho lo anterior, no es menos cierto que, por más peso que tenga para una ONG el “registro interno”, el reconocimiento de la sociedad en la que intervenimos, de manos de quienes la representan, supone un respaldo que nos refuerza y da alas en una tarea, que ha de hacer frente cada día a retos muy complejos, donde la persona que atiendes atraviesa situaciones límite.

Las otras señales del trabajo bien hecho

Por otra parte, vista con perspectiva la vida de la Asociación, hemos pasado del lógico desconocimiento y desentendimiento institucional, de una iniciativa que acababa de ponerse en marcha, y que no tenía “carta de ciudadanía” en  la cartera de servicios sociosanitarios públicos, a un progresivo reconocimiento y apoyo del trabajo que hemos ido desplegando a lo largo de la historia de la entidad. Actualmente buena parte de nuestros programas de prevención e intervención terapéutica son respaldados mediante conciertos y subvenciones públicas.

El reconocimiento pendiente

Las adicciones no pueden ser la patología olvidada del sistema sociosanitario. Las personas que sufren este tipo de problemas de salud han de tener el reconocimiento de su situación y ser atendidas en dispositivos públicos o concertados.

En muchas ocasiones, ante la previsión de la tardanza en la atención pública, muchas personas han de afrontar el pago de su tratamiento empeñándose ellas y sus familias.

Particular preocupación merecen quienes presentan junto a su adicción otras patologías orgánicas y mentales. En estos casos el sufrimiento de estos pacientes y de sus familias se ve multiplicado exponencialmente, y las dificultades de tratamiento han de vencerse redoblando esfuerzos y mejorando los dispositivos de apoyo y tratamiento especializado.

No queremos acabar sin resaltar la particular invisibilidad de las mujeres con problemas de adicciones. Si la prevalencia de esta patología, según diversos estudios especializados (*), entre hombres y mujeres tiende a equipararse, sigue siendo totalmente minoritario el porcentaje de las mujeres que reconocen este tipo de problemática y piden atención en los servicios especializados. Particularmente grave es el caso de adicciones como el consumo de tranquilizantes y opioides.

Así, por ejemplo, en el caso de consumo de cánnabis entre estudiantes europeos de entre 15 y 16 años la prevalencia es del 6% para chicas y el 9% para chicos. Sin embargo de quienes inician tratamiento se sitúa en el 17% para chicas y el 83% en los chicos (*).

Queda, por tanto, pendiente el reconocimiento de la desigualdad de género en el acceso a los tratamientos, lo que visto desde otra perspectiva, nos lleva a denunciar el sufrimiento callado de las mismas, y la sospecha de que, no sólo no reciben la atención que necesitan, sino que además recae sobre ellas el peso de una cultura machista que las recrimina y las culpabiliza, cuando no las excluye y las maltrata.

En definitiva, agradecemos sin duda todos los reconocimientos al esfuerzo de todo nuestro equipo de profesionales y voluntarios, pero el verdadero premio ha de traducirse en mejora de la visibilidad de las personas que sufren adicciones, así como el compromiso firme para que se garantice el acceso universal y gratuito, de hombres y mujeres, a los tratamientos adecuados.