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¿SABES LO QUE COMES?

El proyecto Energy Control, de la Asociación Bienestar y Desarrollo presenta el Informe de actividad del Servicio de Análisis de Sustancias en 2011 donde se presentan datos de 2.797 muestras facilitadas por los propios consumidores.

Energy Control, la entidad que ha efectuado el Informe, tiene entre sus objetivos el contactar con población consumidora de drogas con objeto de informar y asesorar sobre un consumo de menor riesgo. Por otra parte se ocupa de monitorizar tendencias en el mercado de drogas detectando y alertando acerca de sustancias que, por su composición, pueden resultar peligrosas para sus usuarios/as.

Algunas conclusiones del Informe

Todas las sustancias encontradas en el mercado negro son susceptibles de ser adulteradas. La única manera de saber con seguridad la composición de las sustancias adquiridas es analizarlas en un laboratorio.

Valga como muestra el caso de la adulteración de la cocaína, que en 2011 ha sido de las más altas de los últimos años. Las muestras analizadas detectaron que estaba combinada, fundamentalmente, con tres adulterantes: la cafeina, la fenacetina, los anestésicos locales y el levamisol, siendo este último el que más preocupación está despertando por sus potenciales efectos tóxicos. Es preciso advertir que el Levamisol que fue utilizado en seres humanos en qimioterapia, dejó de utilizarse desde el año 2000 por los graves efectos secundarios que provocaba. Actualmente se sigue utilizando en veterinaria como desparasitante para el ganado.

Otra de las conclusiones del Informe es que dado que se trata de un mercado variable e impredecible, hace necesario un seguimiento continuo que permita monitorizarlo. El servicio de análisis es una herramienta muy eficaz para contactar con personas consumidoras de drogas y, por lo tanto, que se encuentran en situación de riesgo, pero que son muy reticentes a establecer contacto con servicios de prevención de drogas. Precisamente es éste contacto y la cercanía de Energy Control con las personas usuarias del servicio de análisis lo que nos permite estar constantemente actualizados y conocer tendencias y nuevos patrones de consumo. En caso de ser necesario, detectar y alertar en tiempo real a las personas consumidoras.

Energy Control advierte en su Informe que a partir de sus análisis viene observando que entre la población usuaria de drogas, a menudo existe un gran desconocimiento sobre las sustancias que toman, los efectos de las mismas, así cómo manejarlas o reducir riesgos asociados a su consumo. Como conclusión esperanzadora destacan que, los consumidores, una vez acceden a la información y asesoramiento, incorporan pautas de uso recomendadas lo cual pone de relieve que el consumo de drogas, no está reñido con la preocupación por la salud.

MALOS ROLLOS

Ya sabes que en la Red, como en la vida puedes encortrar de todo. Nosotros navegando nos hemos encontrado con la fenomenal campaña que ha lanzado la organziación «Energy Control», una entidad que viene siendo puntera por sus métodos y espacios desde los que ayudar a combatir los consumos abusivos y los efectos de las drogas.

Como veis, de una manera muy directa trata de ayudar a quienes en el uso y abuso de las drogas se han econtrado con signos de alarma o de alerta que deben ser abordados para que no se conviertan en una pesadilla permanente.

Si te interesa o crees que puede interesar a otros utiliza el siguiente enlace o busca «malos rollos», para que no te ganen la partida:

 http://energycontrol.org/noticias/461-malos-rollos.html

SEGUIMOS JUGANDO CON FUEGO

Investigadores del Instituto de Investigación del Hospital del Mar (IMIM) y del Instituto de Neuropsiquatría y Adicciones del centro han constatado la irrupción de una droga denominada metoxetamina (MXE) que se adquiere por internet de forma legal.

Según los científicos catalanes, la MXE distorsiona las percepciones visuales y auditivas hasta producir la sensación de estar separado de uno mismo. Por lo que se refiere a la toxicidad, los efectos son similares a los de la ketamina, un anestésico utilizado en medicina y veterinaria que, cuando se usa en dosis subanestésicas, produce una gama de efectos que van desde una leve embriaguez, estimulación o distorsión perceptiva hasta el desencadenamiento de experiencias cercanas a la muerte.

Buscaban muchas cosas…, y encontraron drogas

Recuerdo la primera vez que una de mis maestras de primaria sacaba en clase la palabra droga. La reacción de los chavales de la clase estuvo entre el pánico y la incredulidad: ¿cómo iba a haber gente tan torpe como para hacerse tanto daño? Una década más tarde, me tocó conocer bien de cerca que el pánico estaba fundado y que era creíble que había chicos que se destruían a sí mismos, al tiempo que arrastraban a gran parte de su entorno. Las impactantes imágenes de los años 80 de personas enganchadas a la jeringuilla, con rostros marcados inconfundiblemente, inhabilitados para trabajar, para convivir socialmente, convertidos por necesidad en delincuentes profesionales… han quedado atrás como una triste pesadilla. El perfil, la forma de dar la cara, y las repercusiones (personales, familiares, sociales…) de los “yonkys” de entonces evidentemente no son las de hoy, pero no podemos ser muy optimistas, las dependencias de ahora, siguen causando estragos tanto para la persona que las padece como para quienes viven en su entorno. En este comienzo de siglo los consumidores de drogas comparten nuestro trabajo, son vecinos, amigos y, hasta familia nuestra, pero permanecen invisibles pero, aunque la cocaína y todas sus compañías no den la cara de una forma tan cruda y rápida como lo hacía la heroína de entonces, sus efectos a medio y largo plazo no son menos destructivos. La droga, a pesar de todas las campañas preventivas, ha dejado de ser algo temido y está al alcance de cualquier adolescente en sus lugares habituales de ocio cuando no en su tiempo escolar. Más de la mitad de las personas atendidas por la Asociación NOESSO a lo lardo de 2007 habían iniciado su consumo entre los 14 y 18 años. El uso y abuso de las drogas cuenta con un medio facilita el acceso, que ofrece modelos cercanos de consumo, que nos cuentan las mil maravillas de sus efectos y que nos dicen que “no pasa nada”, que ellos lo hacen cuando quieren y que “controlan”. La mitad de los pacientes ingresados en alguno de los programas de tratamiento tenían antecedentes de consumo familiar. Y esto cada vez es más frecuente, porque el consumo ha dejado de ser una conducta rara, se ha extendido, de manera exponencial el número de población afectada. Otro de los rasgos característicos de esta nueva etapa es que ha dejado de ser una adicción selectiva y marginal, llega a las familias de alto estanding y a las de clases más bajas, afecta a profesionales de la salud como a albañiles y agricultores. Sin embargo, en el caso del perfil de las personas atendidas en NOESSO, el denominador común es el abandono o fracaso escolar, más del 50% no han terminado la ESO. ¿Qué está pasando para que fracasen tan estrepitosamente las nuestras campañas de prevención y las alertas sociales? ¿Qué patología social es esta que hace que, en tiempos de tanta abundancia sea necesario un recurso tan alienante como destructor? La respuesta a estas preguntas ni es fácil ni es única. Una cosa sí parece cierta: esta sociedad no parece tener alternativas para las frustraciones y angustias de muchos chicos que encuentran en el consumo de las drogas el refugio y la respuesta que no obtienen por otra vía. Seguimos gastando energías y medios en prevención, inventamos jornadas, talleres, juegos, pero da la impresión que se convierten en motivos de entretenimiento para los jóvenes normalizados y, ni siquiera eso, para aquellos situados en la deriva del fracaso y la exclusión. Quizá debamos hacer una lectura atenta y responsable de la biografía de cualquiera de las personas drogodependientes que conocemos, de las vías por las que llegaron a la dependencia y la exclusión. Cada una de ellas estaba buscaba muchas cosas –reconocimiento, aprecio, salidas,…- y a cambio encontraron drogas. Seguramente en ellas podamos encontrar también las respuestas sociales que necesitamos para ofrecer a los jóvenes de hoy itinerarios de inclusión, de libertad y autonomía personal. Juan Sánchez Miranda Director de NOESSO