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Nueva oportunidad para los/as jóvenes del proyecto ALANDAR+18 con la reforma del Reglamento de Extranjería

#VivasyLibres25N: “Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer”

El Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer o Día Internacional de la No Violencia de género se conmemora anualmente el 25 de noviembre para denunciar la violencia que se ejerce sobre las personas, al ser discriminadas por su género, (mayoritariamente violencia ejercida por hombres hacia mujeres) en todo el mundo y reclamar políticas en todos los países para su erradicación.

La convocatoria fue iniciada por el movimiento feminista latinoamericano en 1981 en conmemoración a la fecha en la que fueron asesinadas, en 1960, las tres hermanas Mirabal (Patria, Minerva y María Teresa), en República Dominicana. En 1999 la jornada de reivindicación fue asumida por la Asamblea General de las Naciones Unidas en su resolución 54/134 el 17 de diciembre de 1999 invitando a gobiernos, organizaciones internacionales y organizaciones no gubernamentales a convocar actividades dirigidas a sensibilizar a la opinión pública sobre el problema de la violencia contra las mujeres.

Una ley, 15 años y 631 sentencias en España:
La norma española contra la violencia machista cumple tres lustros. Un análisis de EL PAÍS de las condenas demuestra los avances pero también que sigue pendiente retirar la patria potestad a los asesinos y evitar que su confesión atenúe la pena.

En un día como hoy NOESSO se une a la lucha por la eliminación de la violencia contra la mujer. Hoy, y cada uno de los días a través de la integración de la mirada de género en los programas y proyectos en los que trabaja.

 

8-M: LA IGUALDAD ES EL FUTURO

El movimiento que están liderando en todo el mundo millones de mujeres, acompañadas por muchos menos hombres, para reivindicar una igualdad real en todos los ámbitos de la vida -laboral, social, económico, político, institucional, doméstico también- no va a ser fenómeno de un día. Estamos ante un profundo cambio de sensibilidad, ante un proceso colectivo de toma de conciencia que debe llevarnos a una transformación a mejor de nuestra sociedad, de nuestra forma de asumir con naturalidad lo que debe ser natural. Una transformación que debe reconocer que aún estamos lejos de una equiparación absoluta de las dos mitades de la población y que las mujeres, solo por el hecho de serlo, parten con desventaja en la mayoría de los órdenes de la vida. Y no solo eso. Que en demasiadas ocasiones las mujeres, solo por el hecho de serlo, están más expuestas a la violencia, la discriminación, el acoso o la pobreza.

Es innegable que ha habido avances en los últimos tiempos. La incorporación de mujeres a la educación, al mundo profesional, a la política, a la participación, a la vida pública, ha sido muy importante. Pero no es menos cierto que esa incorporación no consigue cerrar brechas como la salarial, ni romper el techo de cristal, ni lograr la corresponsabilidad en las cargas domésticas, ni frenar las situaciones de acoso, ni terminar con la violencia de género… No ver que las mujeres soportan un mayor peso y que su contribución no remunerada al sostenimiento de nuestras sociedades es infinitamente mayor es, sencillamente, cerrar los ojos ante la realidad.

Pero no basta con reconocer todo ello, situaciones cuya existencia demuestran sin lugar a dudas las estadísticas. Reconocerlo es solo el primer paso. Es necesario comenzar a actuar de manera decidida, convencida y persistente en el camino de la igualdad. ¿Cómo? Las medidas son numerosas pero pasan por la educación, por un lado, y por la legislación -con su correspondiente acompañamiento punitivo-, por otro. Y, sobre todo, pasan por que los hombres, cada vez más hombres, participen de este proceso de toma de conciencia y se incorporen a la que debe ser una transformación imparable de nuestras mentalidades. Que los hombres, cada vez más hombres, no aplaudan comportamientos que minusvaloran o cosifican a las mujeres. Que los hombres, cada vez más hombres, participen de las responsabilidades compartidas. Que los hombres, cada vez más hombres, repudien y denuncien las situaciones de violencia, de acoso o que incomodan a las mujeres. Y que la construcción de nuestros modelos culturales no perpetúe clichés que sitúan a las mujeres en un plano de sometimiento o de inferioridad.

Es un camino largo y difícil el que queda, que va a estar plagado, sin duda, de fuertes resistencias. Ocurre siempre que hay cambios sociales profundos. A vencer esas resistencias no ayudarán posiciones exaltadas ni las que recurren a argumentos estrambóticos. No son necesarios. La razón está de parte de la igualdad. Se trata de defenderla con toda la firmeza y con todo el rigor de los argumentos bien fundados.
Nos encontramos ante un momento de oportunidad que no debemos desaprovechar. Hoy, 8 de Marzo, Día Internacional de las Mujeres, es el día en el que podemos empezar a cambiar.

Más de mil firmas, entre ellas la de nuestra asociación, suscriben este editorial de LA VOZ DE ALMERIA dedicado al Día Internacional de la Mujer.

NOESSO, JUNTO A LAS FEDERACIONES FADAL Y ENLACE RECLAMAN UN CAMBIO PROFUNDO EN LA POLÍTICA DE DROGAS

2017-06-26-PHOTO-00000071Con motivo del Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, el movimiento asociativo que trabaja en la prevención, tratamiento y rehabilitación de adicciones, demandan nuevas políticas de drogas que prioricen la salud pública y los derechos humanos frente a la mera prohibición y criminalización de quienes las consumen.

Ante el fracaso de las políticas que criminalizan apostamos por políticas que previenen y que rehabilitan.

 El uso de sustancias con propiedades psicoactivas está ligada a la historia de la humanidad. Se han utilizado en todos los tiempos y por todas las culturas. Sin embargo la forma en que cada cultura las emplea y las regula puede acarrear muchas y muy diversas complicaciones.

El abordaje que ha predominada hasta ahora es el de prohibir su venta, perseguir a quienes trafican y criminalizar a las personas que las utilizan. A esto se destina el mayor esfuerzo en personas y recursos económicos en nuestro país. Baste solo un dato, para hacer visible el enfoque que damos a esta problemática. En Almería existe una población reclusa de 820 personas, de esta población se calcula que cerca del 50 % de estas personas, sus delitos están asociados directa o indirectamente al consumo y tráfico de drogas. Mientras tanto, solo contamos con veinte plazas concertadas en Almería, para el internamiento y tratamiento en comunidades terapéuticas de personas con problemas de adicciones.

2017-06-26-PHOTO-00000010Cuando se produce una condena susceptible de buscar alternativa a la prisión generalmente no es posible.

Aprovechando la celebración de este día hemos visitado a la Presidenta de la Audiencia Provincial Dª Lourdes Molina y al Juez Decano, Don Luís Columna, para hacerles partícipes de nuestras preocupaciones y pedir que se apliquen las medidas alternativas de ingreso a la prisión, y lejos de encontrar disparidad de criterios, en ambos casos hemos encontrado actitudes de acogida y agradecimiento por nuestra iniciativa. Las dificultades son de orden estructural. Cuando se solicita una plaza pública el tiempo de espera suele ser muy largo, y “cuando se dicta una sentencia la única opción que queda es aplicar la pena, en el recurso de que se dispone, la cárcel”, nos confesaba el Juez Columna.

La violencia de género, y las condenas por conducción bajo los efectos de las drogas dos de los delitos en alza, vinculados a las adicciones.

En este Día no podemos olvidar la brecha de género. La doble penalización social y familiar contra las mujeres. Cuando son consumidoras porque son víctimas de rechazo y, con frecuencia de malos tratos, desde su entorno más próximo, y cuando su rol es el de compañeras de hombres con adicciones, porque son igualmente objetos de abuso y violencia por parte de los mismos.

Por último señalar el aumento de los delitos donde el consumo de alcohol y otras drogas está por medio. No pedimos que se baje la guardia ante este tipo de conductas temerarias que tantas vidas se lleva por delante, pero sí que se multipliquen las herramientas educativas y preventivas, que prácticamente se han barrido con la llegada de la crisis.

Menos prisión y más recursos educativos y terapéuticos

 Nuestra alternativa es clara: Menos prisión y más recursos educativos y terapéuticos. No pedimos más recursos, sino que buena parte de lo que gastamos en represión administrativa y en mantener a personas privadas de libertad, con delitos asociados a su consumo y adicciones, lo empleemos en medidas restaurativas.

El coste diario aproximado de una persona ingresada en prisión, según un Informe de Consejo de Europa (2012) es de 1950 €, mucho más de lo que cuesta el tratamiento en una Comunidad Terapéutica, y las consecuencias y resultados no tienen parangón posible.