«Le diría a mis chavales que hay esperanza y que tengan cuidado», Faustino Montoro, educador de NOESSO, nos cuenta su experiencia con el COVID
Faustino Montoro, es educador y formador en NOESSO, nos cuenta su experiencia de recuperación y comienzo de una nueva etapa después de la dura experiencia de haber contraído COVID y haberlo afrontado desde un pronóstico muy grave. ¡Nos alegramos de su recuperación, aunque lenta, ya está prácticamente terminada! Desde NOESSO esperamos su incorporación con los brazos abiertos, y con nuevos horarios y actividades compatibles para su nueva etapa laboral en nuestra asociación.
Nos alegra mucho tenerte entre nosotras y nosotros de nuevo. ¿Cómo ha ido tu recuperación tras haber pasado el COVID19?
La recuperación ha sido dura porque pasé 8 días en la UCI, y tras esto había perdido mucha masa muscular. Así que tuve que pasar a hacer una recuperación de volver a aprender a hablar, a andar, a masticar, he estado completamente paralizado. La recuperación ha sido muy dura no solo por aprenderlo todo de nuevo. Ahora a nivel muscular estoy casi al 100 por cien, aunque lo que me queda por recuperar es la resistencia. Los médicos me han dicho que no me preocupe, que voy bien.
¿Qué tal has estado de ánimo?
Es una experiencia difícil, en el hospital te ves solo, estás acompañado por médicos y enfermeras. Agradezco mucho el apoyo del Hospital del Poniente, han tenido mucha paciencia conmigo. Desbordante. Episodios complicados, por ejemplo he pasado un síndrome de abstinencia. Imagínate, que he sido educador, y he tenido que trabajar con tema de adicciones, pero no sabía que se pasaba tan mal. Nunca me hubiera imaginado lo mal que se pasa, yo lo había visto, pero no es lo mismo que pasarlo tú. Durante el COVID tuve un paro multiorgánico, se pararon todos los órganos, entonces para reanimarme me pusieron mucha medicación, derivados de opio. Una vez que me subieron a planta me quitaron la medicación y veía delirios y paranoias. La verdad que si no hubiera sido por el apoyo de enfermeras y equipo médico hubiera sido mucho peor.
¿Te habrás acordado mucho de esas personas con adicciones a las que has acompañado?
Me he acordado muchísimo. No solo he pasado este síndrome de abstinencia. Ingresé un viernes por la noche y no me acuerdo de nada. Me dio una subida de fiebre, de 42,8, y me produjo una cefalea y una actitud con trastorno de conducta. Yo trabajo en NOESSO con chicos con trastorno de conducta, así que por ahí también, aunque de eso no me acuerdo de nada.
¿Cuál ha sido tu recorrido profesional en NOESSO?
Empecé en 2005, comencé en la comunidad terapéutica de Laujar de Andarax, en La Quinta. Estuve casi un año con personas con problemas de adicciones. Casi fue el primer contacto con estos temas que tuve. Ese año salió una plaza en Vícar, que me cogía más cerca, y además me gustaba más, porque había parte de formación. Así que, entré en una casa de apoyo a la reinserción, con chavales, donde ejercía de educador, hacía talleres, ayudaba a encontrar trabajo, talleres de prevención de drogas. Hacia resolución de conflictos. Además ayudaba en el centro de día con todo el tema de los cursos de fontanería, electricidad, albañilería, estive trabajando con personas que habían salido de prisión y con personas desempleadas. Después, me reubicaron en el Centro de Menores con Problemas de Conducta y ejercía de educador. Me encargué de temas de formación y talleres educativos de adicciones y educación sexual. El tema formativo me gusta mucho. Ahí ya me di de baja, porque contraje el COVID.
¿Has echado de menos tus labores durante la baja todo este tiempo?
He echado de menos muchísimo. Sobre todo a los compañeros, a los niños. Se crean unos vínculos emocionales muy fuertes. Entonces, cuando lo pasas mal es inevitable que eches mano de esos vínculos, familiares, laborales, de los compañeros, de los niños. Se echa de menos el contacto social que este virus nos lo está arrebatando.
¿Habrás echado de menos el contacto social?
Mucho. Soy una persona muy sociable con muchísimos amigos, pero con esto me he dado cuenta que me conoce más gente de la que yo pensaba. Una día estaba en plata para y entró un médico a hacer una prueba y cuando ve mi nombre me dice. “¡Hombre, tu eres el famoso Faustino Montoro, el teléfono me arde, no sabes la cantidad de gente que me llama para saber cómo estás! Con todo esto me siento muy afortunado por toda la gente que se preocupa de mí, que me quiere, también cuesta mucho no abrazar a la gente cuando la ves. ¡Ojala cambie!
Imagen: Faustino abraza a su familia tras el alta hospitalaria.
¿Qué retos te planteas en 2021?
En primer lugar empezar con un preparador físico, y con una gran amiga que es fisioterapeuta. Quiero volver a mi trabajo en Centro de Menores en NOESSO, volver a mis labores que también llevo la administración de fincas, algunas cosas que tengo. ¡En fin! Muchos proyectos de familia, de estar más con ellos, de vivir las cosas más intensas. Quiero volver a lo que era antes. Volver a jugar al baloncesto, al fútbol con los chavales, volver a tener toda esa actividad que tenía con ellos.
He escuchado que tienes familia. ¿Qué tal ha sido el acompañamiento familiar? ¿Habrá sido todo un ajuste familiar?
Sí, tengo mujer y dos hijas. Vivo en una casa de dos plantas y tuvimos que bajar la cama abajo, las niñas se han concienciado mucho con la enfermedad. Cogen la mascarilla lo primero. Las niñas tienen 8 y 10 años, ya son mayores y me han ayudado muchísimo, tanto ellas como mi mujer.
¿Cómo está evolucionando el virus en Almería?
Me preocupa mucho. Hay mucha gente que no está concienciada, no usan la mascarilla. Puede ser que haya intereses, pero lo sí es cierto que el virus está ahí. Hay mucha gente que está intentando normalizar la situación. Yo creo que esto es algo más. No estamos concienciando de forma adecuada. Veo a gente que no sale con la mascarilla de forma adecuada, gente que ni la usa, y le quitan importancia y la verdad es que es un problema. Hay repuntes importantes. Está el tema de la cepa de Inglaterra, que se cree que ya está azotando Andalucía y que la mayoría de los casos ya son de ahí. Es un problema muy grave. A los que lo hemos pasado, y el médico me lo ha dicho, no tenemos garantizado no volverlo a coger. Tengo unos anticuerpos muy fuertes pero no me garantizan que no pueda coger una nueva cepa en un 100 por cien.
¿Cómo ha sido el apoyo de NOESSO? ¿Te has sentido apoyado por la entidad en la que trabajas?
Juan Sánchez me ha llamado varias veces, mi coordinador de menores, Miguel, también, y me ha mandado muchos WhastApps. Sí he sentido el apoyo por parte de NOESSO.
¿Cómo va a ser el reencuentro? ¿Lo habéis hablado?
En menores tenemos unos horarios peculiares, ya que hay turnos de 12 o 14 horas, porque el trabajo lo requiere. Hacer una noche en el centro es algo duro, porque trabajas por la noche. Ellos me han dado opciones, adaptado horarios, incluso me han dicho que empiece con media jornada, y vaya incorporándome, hacer lo posible para la incorporación. He empezado esta semana con mi preparador físico, dependiendo de la evolución del sistema de resistencia y de fatiga, y si va bajando el tema de la fatiga, ya me incorporaría.
¿Cuál sería el mensaje que les darías a tus chavales del centro?
El mensaje es que confíen, que hay esperanza, sobre todo de esperanza, y que tengan cuidado que no es una broma. Qué confíen en los educadores y las personas de alrededor, que eviten las situaciones de riesgo como reuniones, o no usar la mascarilla, y que tengan ilusión para salir del centro, tener sus estudios y tener sus trabajos. Es muy difícil porque estando en esta situación que cada vez hay más casos y es una situación negativa. Si me gusta mi trabajo, si quiero ir a trabajar, si me gusta trabajar es porque confío en el camino de la persona, es porque pienso que todo ser humano podemos cambiar, sino no podría trabajar en NOESSO.
¿Y cómo te sientes ahora?
Me siento muy motivado. Soy una persona que siempre tiene mucha motivación y este proceso me ha trastocado mucho la motivación. Cuando estaba en la camilla y quería andar, se dieron cuenta los enfermeros que había quemado el bello de los gemelos de rozar las piernas, no paraba de mover las piernas de los gemelos, porque lo que quería era volver a andar, quería irme del hospital. Estar en el hospital fue lo duro, una vez que salí y estuve en mi casa con mi mujer y mis hijas la motivación subió, a trabajar y a seguir adelante.
¿Quieres compartir algo con tus compañeros y compañeras de NOESSO?
Dar las gracias a todo el mundo que me ha apoyado. Que me ha ayudado y que han estado ahí de una forma u otra. Lanzar el mensaje de esperanza. El hombre tiene capacidad de salir de todas las situaciones. Poco a poco volveremos a la normalidad, y tenemos que reinventarnos para seguir adelante.
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